Descubrí a Hassan Fathy, en 1990, por aquella época empezaba una relación seria con la “arquitectura bioclimática”, hasta entonces solo coqueteos y escarceos temporales me habían unido a ella. El encargo profesional de unos “excéntricos alemanes” que pretendían construirse una gran mansión de tierra cruda en el levante español, despertaron en mí toda clase de dudas sobre el empleo de ése material ¿Cómo lograría sustentar un edificio de barro de dos plantas y tipología abovedada? ¿Cómo calcularía su estructura? ¿Condicionaría mi diseño el material?........ Afortunadamente, llegó el maestro; años después he comprendido que Fathy no sólo me resolvió mis dudas puntuales, se convirtió en un referente en mi vida, me enseño armonía, musicalidad en arquitectura , cultura , economía, medio ambiente, clima , belleza y , sobre todo, la gratuidad, la dignidad y la autoestima del arquitecto.
Actualmente se estima que la mitad de la población mundial, aproximadamente tres mil millones de personas en seis continentes, viven o trabajan en edificios construidos con tierra. Y mientras que el vasto legado de construcción de barro tradicional y vernácula ha sido ampliamente discutido, se ha prestado poca atención a la tradición contemporánea de la arquitectura en tierra.
Hassan Fathy, El Cairo (1900-1989), galardonado con el premio Aga Khan de Arquitectura en 1980 y autor de “Arquitectura para los Pobres” (1969), se puede considerar en la actualidad, ya sin complejos, el máximo precursor de la sostenibilidad.
Violinista consumado, Fathy se mostró siempre receptivo a las posibilidades de composición de las armonías musicales que trasladó a la arquitectura consiguiendo el sentido del ritmo que caracteriza a sus proyectos. Utilizaba una intuitiva mezcla de habilidades musicales y relaciones matemáticas a la hora de proyectar, empleando los cánones del antiguo Egipto.
Actualmente se estima que la mitad de la población mundial, aproximadamente tres mil millones de personas en seis continentes, viven o trabajan en edificios construidos con tierra. Y mientras que el vasto legado de construcción de barro tradicional y vernácula ha sido ampliamente discutido, se ha prestado poca atención a la tradición contemporánea de la arquitectura en tierra.
Hassan Fathy, El Cairo (1900-1989), galardonado con el premio Aga Khan de Arquitectura en 1980 y autor de “Arquitectura para los Pobres” (1969), se puede considerar en la actualidad, ya sin complejos, el máximo precursor de la sostenibilidad.
Violinista consumado, Fathy se mostró siempre receptivo a las posibilidades de composición de las armonías musicales que trasladó a la arquitectura consiguiendo el sentido del ritmo que caracteriza a sus proyectos. Utilizaba una intuitiva mezcla de habilidades musicales y relaciones matemáticas a la hora de proyectar, empleando los cánones del antiguo Egipto.
Se debería distinguir entre la arquitectura ecológica y sostenible, ambas se superponen en algunos aspectos, pero yo diría que la diferencia es que la arquitectura ecológica se refiere a los materiales y efectos de los métodos, mientras que la sostenibilidad se refiere principalmente a ocuparse de los problemas comunitarios y sociales. Los conceptos de “ecología” y “sostenibilidad” tal y como los entendemos hoy día, están claramente presentes en la obra del arquitecto egipcio.
Ecología.- En todos sus proyectos desarrolla un lenguaje basado en materiales, ventilación y sistemas de aislamiento e impermeabilización naturales. Empezó a comprender que, tradicionalmente, la elección de los materiales de construcción se basó en las condiciones exteriores del edificio y no en la imposición de un efecto decorativo; observó la función “bioclimática” de las tipologías más antiguas de Oriente Medio, y comenzó a incorporara a su idioma los aspectos ambientales en relación con los elementos tradicionales. En todas sus obras emplea la refrigeración pasiva con estudios detallados de temperaturas y patrones viento recuperando las masharabiyas, tradicionales contraventanas de celosía de madera. Observó que la madera dentro de las cúpulas decoradas, en la parte superior, no tenían solo una misión decorativa, fueron puestas allí para ayudar a las acometidas de aire más rápido. Toda nuestra investigación sobre la energía solar y chimeneas sofisticadas actuales se basan en éstos principios. Empleando materiales de alta densidad térmica, como el barro o la piedra consigue el máximo control ambiental; sus bóvedas y cúpulas se construyen sin cimbras y utilizando abobe fabricado en la propia obra.
Sostenibilidad. La construcción de la ciudad de New Gourna para realojar a una población itinerante, es un claro modelo de sostenibilidad urbana tanto por el aprovechamiento de la luz natural y los vientos, como por la adaptación del modelo a las necesidades de los ocupantes; Fathy, hace participes a éstos de la construcción de sus propias viviendas.
La tendencia actual de la sostenibilidad proviene de la década de 1970, cuando se marcó el inicio de una toma de conciencia de la arquitectura con el medio ambiente. “Arquitectura para los pobres” de Fathy se publica por primera vez en 1966 en francés, pero no es traducida al Inglés hasta 1973, momento en el que aparece internacionalmente un creciente interés por temas ecológicos. Ian McHarg escribió “Diseño con la Naturaleza” en 1966, fué uno de los primeros en popularizar la idea de las zonas ecológicas o ecoregiones, pero Fathy había estado allí mucho antes que él, diciendonos que cada edificio debe responder a su microclima, su región ecológica y su propio tipo de contexto. El eterno debate sobre la construcción basada en modelos del pasado promovido por el “movimiento moderno” no ha sido indiferente a la obra de Hassan Fathy;
En este aspecto deberíamos tener una visión histórica. Empezamos en el período comprendido entre los años 1940 a la década de 1960, cuando el proyecto de la modernidad y la arquitectura moderna, que venía desarrollándose desde la década de 1920, llegó al mundo en desarrollo; entonces, el llamado Tercer Mundo, salía de la colonización y comenzaba la búsqueda de nuevas identidades nacionales, a la vez que aspiraban a formar parte de la comunidad moderna de las naciones emergentes. A pesar de la pobreza existente, estos países empezaron a abrazar los símbolos de la modernidad de Occidente, con nuevos edificios en el estilo internacional y nuevos materiales, como hormigón y acero
Recordemos que cuatro años después de “Arquitectura para los pobres” de Fathy, Venturi publicó “Complejidad y Contradicción en la Arquitectura” y a raíz de esto empezaron a aparecer libros sobre la muerte del modernismo comenzando los albores del posmodernismo Este cuestionamiento amplio de la modernidad fue en cierto modo más activo en el mundo en desarrollo, y Fathy encajaba muy bien en ese momento para ser interrogado.
Desde mi punto de vista, Fathy fue criticado en los debates arquitectónicos, porque en éstos momentos el concepto “tiempo” de pronto se volvió importante, y de allí viene la idea de "progreso", y la idea de que alguien detrás de un cierto punto en la línea del tiempo es "tradicional" y no "progresista", mientras que alguien delante de ese punto es "avanzado" o "futurista". Esta división entre el pasado y el futuro nos ha llevado por mal camino. Arquitectura y espacio están íntimamente relacionados con nuestras ideas
El problema es que hoy se desea crear un medio ambiente, y hay dos ambientes en este mundo: el mundo natural, y el entorno artificial. El ambiente creado por el hombre es la huella de la cultura. Podemos hacer que sea un infierno o un paraíso.
El arquitecto egipcio Hassan Fathy murió en 1989, pero dejó un legado de 160 proyectos de construcción que van desde pequeños proyectos a las comunidades a gran escala completa con las mezquitas y las escuelas. Su impacto aún se puede sentir desde Egipto hasta Grecia y hasta Nuevo México, donde en 1981 diseñó la comunidad Dar Ar -Salam . Fathy recibió varios premios por su trabajo, incluyendo el Premio Aga Khan de arquitectura en 1980, y fundó el Instituto Internacional para la Tecnología Apropiada en 1977.
A sus 85 años, comenzó a recibir el reconocimiento internacional, los compromisos generales, y los otros premios que por su trabajo y sus principios durante tanto tiempo había merecido.
En 1985, Hassan Fathy donó toda su colección de dibujos y escritos a el Premio Aga Khan de arquitectura. Para preservar esta colección, el premio organizó una misión fotográfica en El Cairo en el verano de 1988 para documentar la voluminosa colección de dibujos originales. Los archivos Hassan Fathy se encuentran hoy en la Fundación Aga Khan para la Cultura, en Ginebra, Suiza, y en la Universidad Americana de El Cairo. La colección de más de 1.200 imágenes y dibujos en la Biblioteca Digital ArchNet representa la primera vez que la obra de este importante e innovador arquitecto se pone a disposición para una amplia audiencia.