La normativa urbanística en los
barrios clásicos de Londres, ha permanecido prácticamente invariable desde el
siglo XVIII prohibiendo modificar cualquier elemento arquitectónico exterior
en las edificaciones. A la hora de querer aumentar la superficie de los
edificios sin alterar su aspecto original, los propietarios han optado por
hacerlas crecer varias plantas hacia bajo, dando lugar al fenómeno conocido
como las “casas iceberg”.
En la mayoría de los casos, los
sótanos triplican la superficie de la casa, convirtiéndose en búnkeres donde se
puede encontrar desde spa de lujo hasta impresionantes garajes y museos para
guardar coches clásicos y deportivos. Estos proyectos, en muchos casos faraónicos,
se han convertido en la gran obsesión de los londinenses más adinerados que
están construyendo auténticas “mini ciudades” bajo sus casas; salas de cine,
bodegas, discotecas, pistas de tenis, piscinas y parking son los usos más
extendidos en los sótanos.
Aunque la ley es extremadamente
restrictiva respecto a las construcciones en superficie, la ausencia de leyes
para el subsuelo y excavación de sótanos es significativa; este vacío legal ha
permitido que en los últimos cuatro años se haya aprobado más de 800 proyectos
de extensión de sótano en todo Londres.
Si paseamos por Notting Hill,
Chelsea,
Kensington o Knightsbridge, podemos observar en muchas viviendas y
edificios singulares, las cintas transportadoras que recogen los escombros para
la construcción de los nuevos sótanos.
Uno de los usos más habituales para
los sótanos es el de garaje donde colocar los coches de la familia o bien lugar
para albergar colecciones de coches de época o deportivos; para este uso
algunas mansiones resuelven la comunicación a través de rampas, aunque en la
mayoría de los casos para no perder espacio se recurre a montacargas, elevadores
y plataformas.
A nivel popular gozan de mala fama
al ser consideradas como símbolo de especulación bajo tierra, aunque lo más
preocupante son los peligros derivados de las perforaciones masivas en el
subsuelo de piedra caliza roja de la ciudad de Londres, que se está
convirtiendo en una red de cavernas artificiales y laberinto de sótanos. Como
consecuencia los derrumbes de edificaciones colindantes cada vez son más
frecuentes; artículos y periódicos como TheSydney Morning Herald llevan tiempo alertando de la situación.
Para la ciudad también tiene consecuencia
directa de la creación de estos espacios invisibles subterráneos. La percepción
visual de los distritos más elegantes de Londres, ha cambiado con el uso de los
sótanos, aunque a nivel formal los edificios permanezcan inalterables, la menor
habitabilidad de las zonas superiores provocan en algunos lugares la sensación
de encontrarnos en una calle fantasma,
con pocas ventanas iluminadas durante la noche o abiertas durante el día.
En el siguiente enlace podemos ver los planos de algunas de estas casas: Planos de casas iceberg de Londres